Las constantes o signos vitales son aquellos indicadores que nos dan información sobre el estado fisiológico o de salud de un paciente. Los principales signos que se miden en la práctica clínica son: Frecuencia Cardíaca, Frecuencia Respiratoria, Presión Arterial o Tensión Arterial y Temperatura.
La toma de constantes vitales es una práctica básica tanto para el control de posibles patologías como para prevenirlas.
Y es que conocer los signos vitales permitirá al Técnico de Emergencias Sanitarias (FP TES) o al Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (FP TCAE), junto al responsable de enfermería o médico, determinar de manera global el estado fisiológico del paciente.
La medición de las constantes vitales sirve así para evaluar el estado general de la persona y la actividad de órganos vitales como corazón y pulmones. Realizar un control y registro de estos signos vitales debe formar parte del protocolo tanto de urgencias como de cualquier proceso de seguimiento o chequeo, admisión en centro hospitalario o pautas específicas en residencias de mayores.
En una situación de urgencia, el Técnico en Emergencias Sanitarias – TES – es ese primer profesional que presta atención a la persona afectada. De manera rápida y efectiva, el Técnico en Emergencias Sanitarias debe reconocer los signos de compromiso vital de forma sistemática, empezando por aquellas alteraciones que supongan un riesgo vital inmediato. Por ello, la evaluación debe llevar un orden y registrar todos los datos, analizando: aparato respiratorio, circulatorio y sistema nervioso.
Este orden no es aleatorio, ya que un TES debe saber que la vía aérea es básica para la supervivencia del paciente. Por ello, debe ser capaz de valorarla de una forma adecuada y mantener su permeabilidad, asegurando así un importante éxito en su intervención, ya que la afectación de la misma es lo que más mortalidad causa en pacientes de emergencias sanitarias.
Por su parte, entre las competencias del Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería -TCAE- está la toma y anotación de los signos vitales de los pacientes, con una frecuencia mínima de tres veces al día. El control de las constantes vitales se realiza mediante hojas de registro, conocidas como gráficas, en las que, de un solo vistazo, el profesional médico o sanitario puede conocer la evolución de los signos del paciente.
Por ello, el TCAE debe registrar los datos de temperatura, pulso, respiración y tensión arterial con precisión. Además, y según las particularidades de cada paciente, también será el profesional encargado de registrar otros datos como la valoración hídrica de la persona (ingesta y expulsión de líquidos) o datos específicos de dietas y alimentación.
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La labor de un TCAE va más allá de una atención sanitaria, un Auxiliar de Enfermería es ese apoyo cercano y humano que encontraremos en el entorno sanitario.
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